PAUL CORTESE
Nacido en
Algeciras, su verdadero nombre es Pablo Cortés.
De familia de
artistas ya de muy pequeño mostró aptitudes para todo lo relacionado con el
arte, aunque su hermano Joaquín destacaba más que él en las clases de ballet..
Sus padres
vieron pronto que el baile no era para él; mientras que Joaquín era ágil como
el viento, Pablo no hacía más que torcerse los tobillos y llorar.
Le compraron una
viola.
Comenzó a
estudiarla con Ricardo Mairena en el Conservatorio Superior de Música de
Algeciras; pero la música que Mairena le enseñaba a interpretar (sevillanas y
fandangos) no entusiasmaba al muchacho por lo que empezó a mostrar interés por
otras culturas.
Por casualidad
cayó en sus manos un disco de Frank Sinatra y el joven Cortés se sintió
hechizado de inmediato por “La Voz”. Aquella misma tarde embarcaría hacia New
York para intentar suerte en el terreno vocal como “crooner” .
Lo primero que
hizo al llegar al nuevo mundo fue venderse la viola y comprarse un sombrero.
Tras unos meses
de penalidades e intentos frustrados, cambió su nombre por el de Paul Cortese y
logró entrar de vocalista en la orquesta de Bill Sarracin, pianista judío
homosexual y negro.
Pronto Cortese
se dió cuenta de que Sinatra no hay más que uno (a lo sumo dos) y además, en la
Orquesta de Sarracin pagaban muy mal por lo que volvió a la viola. Como la suya
la había vendido, tuvo que esperar algunos años para poderse pagar un buen
instrumento. Mientras tanto formó parte de otras orquestas de baile y llegó
incluso a trabajar de malabarista en un show de strip-tease y de maniquí masculino en los almacenes Macy’s.
Pasada esta
malísima época de juventud alocada, Cortese sentó la cabeza y se puso a
estudiar en serio: estudió viola en New York con William Heinecken y con
Richard San Miguel armonía, composición y música de cámara.
A los tres años
de estudiar, tras unas difíciles pruebas, ganó, o bien la plaza de viola solista
de la Orquesta Filharmónica de New York, o un radiocassette portatil Pioneer
con sistema Surround.
Escogió, sin
dudarlo, el radiocassette y volvió a su Algeciras natal.
Desde entonces
inició una brillante carrera como solista, teniendo incluso mayor proyección
internacional que Claudi Arimany.
Ha grabado en CD
la obra completa de Ignacio Barbeta, compositor totalmente desconocido y de
escaso interés.
También ha
grabado recientemente las sonatas para viola sola de Peter Lorre y la serie de
cinco sonatas para viola y piano de Gregory Peck.
Gracias a un
invento de un amigo suyo, el profesor Hans Van Der Pollen, Cortese ha
conseguido los manuscritos de una obra para viola y orquesta de Michael Castro,
compositor que nacerá en 1998. Cortese es así, la primera persona que
interpreta una obra del siglo XXI.
Ha sido
investido Doctor Horroris Causa de la Universidad de Jaén.
Músico de una
gran vitalidad, recientemente ha actuado en todos los sitios del mundo.
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