ÀNGEL PEREIRA
Nacido en plena
Selva Amazónica, se crió entre animales salvajes.
Descubierto a
los seis años por el explorador brasileño Eudaldo Pereira fue llevado a la
civilización, concretamente a Jaén.
De su infancia
poca cosa se sabe. Los primeros datos que se tienen de esta etapa son
referentes a su ingreso en la Escuela de Música Feliu Gasull en la ciudad de
Jaén donde estudió solfeo con la señorita Belinda Gámez y piano con Cipriano
Capellades.
Debido a su
manera de tocar el piano, el maestro Capellades lo animó para matricularse en
un cursillo de percusión con Jordi Llanés.
Desde el primer
momento demostró unas aptitudes excepcionales para tocar las campanas tubulares
y actualmente es uno de los mejores intérpretes de “El Amor Brujo” de Falla,
habiendo realizado giras de un éxito excepcional interpretando dicha obra por
toda España, Francia y Escocia.
Reproducimos a
continuación algunas de las numerosas críticas recibidas por dichas
interpretaciones:
“A pesar de que
la interpretación de “El Amor Brujo” por la Orquesta de Cámara Terra Lliure fue
de una calidad irregular y a momentos soporífera, todo el público despertó de
su letargo al oír las brillantes campanas del final, a cargo del excepcional
instrumentista Ángel Pereira, sin duda uno de los mejores y más desaprovechados
percusionistas que hay en la actualidad en nuestro país, tan escaso últimamente
de verdaderos virtuosos de talla internacional, con la excepción, tal vez, del
flautista Claudi Arimany.” (Antonio Messa, Diario de Málaga 15-4-94).
“Tal vez si
exceptuamos el radiante final de “El Amor Brujo” en el que Pereira brilló una
vez más con luz propia por encima de sus compañeros, hemos asistido a uno de
los peores conciertos de la temporada en Alicante. La Orquestra de Cambra Terra Lliure haría mejor dejando el
campo “lliure” a otras orquestas del estado español, más capacitadas para
difundir la música de nuestro tiempo.” (Francisco Moreno Mira, Gaceta
Alicantina 22-8-96).
“...apareciendo
al final, como un ave fénix en todo su esplendor, el sonido inconfundible de
las campanas tubulares de un maestro de nuestros días: Ángel Pereira. Lo que
nos preguntamos es por qué una figura de la talla de Pereira sigue tocando al
lado de instrumentistas tan limitados como el violinista Pere Bardagí, cada día
más gordo y en peores condiciones físicas y técnicas.” (Carmen Freixas Moreno
“Niní”, Revista Musical de Melilla, 14-12-92).
“...y el
espectáculo lamentable de Xavier Blanc “Mariconet” haciendo, en pleno
escenario, insinuaciones de carácter sexual con la lengua a su compañero
Bardagí durante la ejecución de “El Amor Brujo” no empañó la calidez del solo
final de campanas del inimitable Ángel Pereira.” (Marc Griso, Diario
Deportivo-Musical de Alcalá de Henares, 4-3-96).
Nos
extenderíamos en demasía al seguir enumerando la gran cantidad de críticas
favorables que Pereira ha recibido. Sólo nos queda desearle que siga mejorando
y que por fín pueda hallar su camino en medio de un ambiente tan desfavorable y
lleno de incomprensión.
Buenas tardes.
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