sábado, 8 de noviembre de 2014

Crítica de cine por Memphis Calabria



CASABLANCA

Todo el mundo me habló siempre de Casablanca, (Michael Curtiz, 1942) y el otro día me decidí a alquilarla en DVD. Vaya mierda de película, en blanco y negro. ¿Cómo puede ser que sea en blanco y negro una película que pretende ser un clásico del cine? Además, Humphrey Boggart no es guapo y Ingmar Bergman es sosa. La verdad es que quedé muy defraudado. Lo que pasa es que hay mucho snob por el mundo y enseguida, si una película es un tostón la encuentran interesante y dicen que es un clásico y tal, pero a mí no me gustó nada. Me pasé rebobinando la mitad de la película a ver si Bergman se desnudaba o algo, pero no. Sólo sale Boggart bebiendo y fumando (que es muy malo para la salud, lo dicen) y un pianista negro que rie y que creo que es Luís Armstrong, pero no estoy seguro porque... no tocaba el saxofón?
Un rollo, vaya. A mí, como no soy nada snob, me gustan las películas que te distraen, como una que fui a ver una vez con mi hermano que salía una tía que estaba muy buena y que se destetaba porque estaba enamoradísima de un chico que luego la dejó embarazada y no quiso saber nada del niño, que hay gente así de mala, pero al final el chico acababa en la cárcel por tráfico de armas y la chica tenía el niño y le ponía Javier.

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