domingo, 9 de noviembre de 2014

Crítica musical por Wolfgang Amadeus Morsa: Kitfluskuartet






UN DISCO REDONDO

De todos es conocido mi temperamento un tanto conservador y mi limitada visión de la realidad. A pesar de esto voy a proceder a escribir una crítica del recientemente publicado CD de KITFLUSKUARTET cuyo título desconozco en estos momentos debido a que he perdido el ejemplar que me regalaron.
Ante todo he de hacer notar que parte de la formación de este grupo (piano, violonchelo, bajo eléctrico y batería) sería muy adecuada para la interpretación de obras realmente importantes en la historia de la música. Me estoy refiriendo, como habrán adivinado los más cultos, al piano y al violonchelo. Son notables las sonatas que Beethoven escribió para dicha formación instrumental(no sé si ustedes, pobres músicos de jazz habrán oído hablar de este compositor. Si no, pueden acudir a cualquier enciclopedia). Las sonatas para violonchelo y piano constituyen para mí la cumbre de la música de cámara del período clásico.
Y yo me pregunto: ¿Por qué no tocan nada de Beethoven en este disco? ¿Por qué se limitan a tocar música ligera? Esto es un desperdicio de medios. Pero supongo que estas obras serias deben ser demasiado complejas para músicos cuya formación profesional ha quedado a medias.
Expuestas pues estas reflexiones iniciales, voy a entrar en materia:
El pianista y líder del grupo, Kitflus (bonito y extraño nombre a la vez, sin duda de origen sueco) interpreta las piezas que él mismo compone por medio de sus dedos.
No se puede decir lo mismo de Roger Blavia, el batería, puesto que este interpreta agarrando unos palos con las manos y golpeando al azar los diversos timbales y platos a los que llama batería.
Esa guitarrica llamada bajo eléctrico es tocada por Rafa Escoté. De este individuo no tengo referencias por lo cual mantendré un respetuoso silencio al respecto. Tan solo sé que ha compuesto algunos de los temas del CD y que domina los ordenadores MacIntosh con una maestría y brillantez encomiables.
En cuanto al violonchelista Manuel Martínez del Fresno, autor también de varios de los temas, a pesar de ser asturiano ha logrado un notable dominio del instrumento, si bien es una lástima que no consagre sus esfuerzos a seguir la senda que el gran Casals abrió ante él.
Las canciones grabadas en el CD que nos ocupa no es que sean desagradables. Para según quien pueden ser incluso fascinantes, si bien para ello es necesario estar en un estado anímico especial provocado por la ingestión de substancias psicotrópicas.
No obstante, la música es para mí, señores, otra cosa. La gran música ha de surgir de una reflexión intelectual profunda y amoldarse a unos cánones estéticos concretos. Tras tantos años de maravillosas obras, sonatas, sinfonías, rapsodias, cantatas, óperas, etc. a cargo de verdaderos genios de la creación musical, es una lástima que ahora surjan grupos como este y nos desbaraten lo hasta ahora conseguido.
La misión del músico no ha de ser divertir a las masas. La misión del músico, tanto en la antigüedad como en los días que corren, ha de ser acrecentar el bagaje cultural de la humanidad por medio de obras que ensalcen la magnificencia de Dios. Me apostaría lo que quieran a que estos músicos no son gente piadosa ni van a misa las fiestas de guardar. Seguramente que algunos de ellos fuman y beben alcohol o hacen cosas peores, mancillando así sus cuerpos, verdaderos templos de Dios que nos han sido otorgados como el mayor de los bienes y a los que deberíamos cuidar como oro en paño.
Y añadiría unos consejos dedicados a la juventud: Jóvenes que me leéis: no sigáis los pasos de estos músicos pervertidos. Si en momentos de debilidad vuestra fuerza de voluntad flaquea y sentís la tentación de dedicaros al jazz o a otros estilos menores, recordad que la única música verdadera es la que ensalza a Dios nuestro Señor y a Jesucristo, su único hijo. Pensad en las 150 y pico cantatas de Bach y en las pasiones que escribió y olvidad el género del jazz, género que, no debemos olvidar nunca, surgió en una época de decadencia en un país decadente y que fue desarrollado por personas impías , negros en su mayoría: Billie Holliday, prostituta en sus ratos libres, Charlie Parker, John Coltrane y Miles Davis, drogadictos y Bill Evans, que, aunque blanco, también fue proclive a la autodestrucción.
Jóvenes amigos, sed inteligentes y no os dejéis llevar por los bajos instintos. Pensad que en vosotros está la semilla de lo que será el futuro de este gran arte al que llamamos “Música” con mayúsculas.

Me cago en Dios.

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