UN
DISCO REDONDO
De
todos es conocido mi temperamento un tanto conservador y mi limitada visión de
la realidad. A pesar de esto voy a proceder a escribir una crítica del
recientemente publicado CD de KITFLUSKUARTET cuyo título desconozco en estos
momentos debido a que he perdido el ejemplar que me regalaron.
Ante todo he de hacer notar que parte de la
formación de este grupo (piano, violonchelo, bajo eléctrico y batería) sería
muy adecuada para la interpretación de obras realmente importantes en la historia
de la música. Me estoy refiriendo, como habrán adivinado los más cultos, al
piano y al violonchelo. Son notables las sonatas que Beethoven escribió para
dicha formación instrumental(no sé si ustedes, pobres músicos de jazz habrán
oído hablar de este compositor. Si no, pueden acudir a cualquier enciclopedia).
Las sonatas para violonchelo y piano constituyen para mí la cumbre de la música
de cámara del período clásico.
Y
yo me pregunto: ¿Por qué no tocan nada de Beethoven en este disco? ¿Por qué se
limitan a tocar música ligera? Esto es un desperdicio de medios. Pero supongo
que estas obras serias deben ser demasiado complejas para músicos cuya
formación profesional ha quedado a medias.
Expuestas
pues estas reflexiones iniciales, voy a entrar en materia:
El
pianista y líder del grupo, Kitflus (bonito y extraño nombre a la vez, sin duda
de origen sueco) interpreta las piezas que él mismo compone por medio de sus
dedos.
No
se puede decir lo mismo de Roger Blavia, el batería, puesto que este interpreta
agarrando unos palos con las manos y golpeando al azar los diversos timbales y
platos a los que llama batería.
Esa
guitarrica llamada bajo eléctrico es tocada por Rafa Escoté. De este individuo
no tengo referencias por lo cual mantendré un respetuoso silencio al respecto.
Tan solo sé que ha compuesto algunos de los temas del CD y que domina los
ordenadores MacIntosh con una maestría y brillantez encomiables.
En
cuanto al violonchelista Manuel Martínez del Fresno, autor también de varios de
los temas, a pesar de ser asturiano ha logrado un notable dominio del
instrumento, si bien es una lástima que no consagre sus esfuerzos a seguir la
senda que el gran Casals abrió ante él.
Las
canciones grabadas en el CD que nos ocupa no es que sean desagradables. Para
según quien pueden ser incluso fascinantes, si bien para ello es necesario
estar en un estado anímico especial provocado por la ingestión de substancias
psicotrópicas.
No
obstante, la música es para mí, señores, otra cosa. La gran música ha de surgir
de una reflexión intelectual profunda y amoldarse a unos cánones estéticos
concretos. Tras tantos años de maravillosas obras, sonatas, sinfonías,
rapsodias, cantatas, óperas, etc. a cargo de verdaderos genios de la creación
musical, es una lástima que ahora surjan grupos como este y nos desbaraten lo
hasta ahora conseguido.
La
misión del músico no ha de ser divertir a las masas. La misión del músico,
tanto en la antigüedad como en los días que corren, ha de ser acrecentar el
bagaje cultural de la humanidad por medio de obras que ensalcen la
magnificencia de Dios. Me apostaría lo que quieran a que estos músicos no son
gente piadosa ni van a misa las fiestas de guardar. Seguramente que algunos de
ellos fuman y beben alcohol o hacen cosas peores, mancillando así sus cuerpos,
verdaderos templos de Dios que nos han sido otorgados como el mayor de los
bienes y a los que deberíamos cuidar como oro en paño.
Y
añadiría unos consejos dedicados a la juventud: Jóvenes que me leéis: no sigáis
los pasos de estos músicos pervertidos. Si en momentos de debilidad vuestra
fuerza de voluntad flaquea y sentís la tentación de dedicaros al jazz o a otros
estilos menores, recordad que la única música verdadera es la que ensalza a
Dios nuestro Señor y a Jesucristo, su único hijo. Pensad en las 150 y pico
cantatas de Bach y en las pasiones que escribió y olvidad el género del jazz,
género que, no debemos olvidar nunca, surgió en una época de decadencia en un
país decadente y que fue desarrollado por personas impías , negros en su
mayoría: Billie Holliday, prostituta en sus ratos libres, Charlie Parker, John
Coltrane y Miles Davis, drogadictos y Bill Evans, que, aunque blanco, también
fue proclive a la autodestrucción.
Jóvenes
amigos, sed inteligentes y no os dejéis llevar por los bajos instintos. Pensad
que en vosotros está la semilla de lo que será el futuro de este gran arte al
que llamamos “Música” con mayúsculas.
Me
cago en Dios.
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