sábado, 8 de noviembre de 2014

Ridículums Vitae: Mark Friedhoff




MARK FRIEDHOFF

Nacido en Sabadell  de padres americanos inicia los estudios de música con el maestro Rudolf Sirera en la Escuela de Música Doña Paquita, escuela dedicada a difundir la música entre los niños rubios.
Al cumplir los doce años obtiene una beca del ayuntamiento de Jaén para estudiar en París con el gran violoncelista François Tournedó pero la rechaza: no quiere abandonar a su querida familia ni su Sabadell natal.
Llegada la pubertad es audicionado en Barcelona por una de las familias más influyentes de la cultura catalana: los Masferrer. La señora Masferrer queda gratamente impresionada por el joven violoncelista y se ofrece a ser su mecenas si quiere ir a estudiar a Indiana con el famoso Ernst Nightingale. La respuesta del joven Friedhoff es muy concisa: “No”. Se niega a abandonar a su querida familia y su Sabadell natal.
Pasan los años y hallamos a un Mark Friedhoff entregado de lleno a la música de cámara y a la pedagogía. Forma en esta época diversos grupos como el “Cuarteto de Cuerda Sabadell” y el “Quinteto La Familia” e imparte clases en el Conservatorio de Sabadell.
Debido a haber recibido una formación incompleta al haber rechazado tantas ofertas, al llegar a los veintiseis años se le desmorona totalmente la técnica durante la ejecución de la primera suite de Bach. A partir de ese momento no puede ni tan siquiera pasar el arco sin que un temblor incontrolable se apodere de todo su cuerpo.
Desesperado, decide tomar una decisión decisiva: emprender un viaje por primera vez en su vida. Parte al día siguiente hacia Portland, Oregón, para estudiar con Isidore Planàs del Solchaga String Quartett.
Tras pasar las duras pruebas de admisión para la escuela donde Planàs da clases (se exige tocar de memoria las seis suites de Bach sin reirse), sufre un desmayo. Rápidamente es trasladado a la unidad de cuidados intensivos y reanimado con la ayuda de un ventilador y unos alicates. Admirado por tan alto grado de sensibilidad ante el hecho artístico, Planàs le admite entre sus alumnos.
Transcurren cuatro años y Friedhoff vuelve a España. Llega en barco y en el puerto de Sabadell es recibido por su anhelante familia.
Pero de nada ha servido el esfuerzo: No puede ni tan siquiera pasar el arco sin que un temblor incontrolable se apodere de todo su cuerpo.

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